Jueves, 29 de noviembre, 20.00 h
En corto: Premios Goya 07
El viaje de Said, de Coke Riobóo. España 2006.
Viernes, 30 de noviembre, 20.00 h
Las trillizas de Belleville (Les Triplettes De Belleville), de Sylvain Chomet.
Francia, 2003.
Campeón es un niño pequeño y melancólico, adoptado por su abuelita, la señora Souza. Cuando ésta descubre su pasión por el ciclismo, apunta a Campeón en unos entrenamientos muy duros. Pasan los años. Campeón llega a ser un as de la bicicleta y participa en el Tour de Francia
Sábado, 1 de diciembre, a partir de las 18.00 h
Creadores de imágenes (The image makers), de Ingmar Bergman. (18.00 h)
Suecia, 2000.
Telefilm del maestro sueco, que describe el encuentro entre el gran cineasta compatriota suyo Victor Sjöström, y Selma Lagerlöf, que ganó el Premio Nobel de
Saraband, de Ingmar Bergman. (19.30 h)
Suecia, 2003.
El título hace alusión al cuarto movimiento de la suite número cinco para violonchelo de Johann Sebastian Bach, un motivo musical que constituye el tono que impregna este drama: Bergman retorna a Johan y Marianne, la pareja que al final de Secretos de un matrimonio, -serie de televisión de renombre internacional, distribuida en salas de cine-, se separaba.
Los encontramos treinta años más tarde. Los actores son los mismos: Erland Josephson y Liv Ullmann. Unas manos levemente temblorosas indican que el primero, (de 80 años de edad), padece la enfermedad de Parkinson. Pero su interpretación y su elocución son más brillantes y contundentes que nunca, y Ullman, con 64 años, es su partenaire perfecta.
Domingo, 2 de diciembre, 18.00 h
Las trillizas de Belleville (Les Triplettes De Belleville), de Sylvain Chomet.
Francia, 2003.
Domingo, 2 de diciembre, 20.00 h
La ciudad de los fotógrafos, de Sebastián Moreno.
Chile, 2006.
Durante el período de la dictadura de de Pinochet, un equipo de fotoperiodistas retrataba la gente y la confusión que vivía Chile. En las calles, en medio de sangrientos disturbios y protestas, estos intrépidos fotógrafos aprendieron su oficio y crearon su propio lenguaje político. Para ellos, hacer fotografías era una forma de ser libre, una alternativa para continuar viviendo, una forma de ser más que un simple espectador, sino convirtiéndose en un actor esencial.
Pinochet tenía el poder y las armas, pero estos fotógrafos tenían las ópticas y los flashes. Sus cámaras eran las armas de la gente. Sus fotografías representan el pasado opresor y desagradable. Sus fotografías sirvieron para apoyar el testimonio de las victimas de la dictadura y fueron fundamentales para iniciar procesos de justicia. Algunos de ellos fueron reprimidos brutalmente, otros asesinados... la mayoría siguen vivos.
Servicios Culturales. Embajada de Francia en España. Alianza Francesa. Parallel 40
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