Veinte años no es nada, una metáfora vivida de la transición
Del cineasta catalán Joaquín Jordá, considerado el padre del documental en España, proyecta este fin de semana la Cinemateca UGT, dentro del ciclo Joaquim Jordà, la vanguardia frente al snobismo, "Veinte años no es nada", donde retoma a los protagonistas de su filme, rodado en 1979, "Numax presenta", en lo que es, dice, un relato "de reencuentros" pero también "una metáfora vivida de la Transición".
En "Numax presenta", Jordá relató el proceso de autogestión emprendido entonces por los obreros de un fábrica barcelonesa, en cuya escena final, una fiesta, los protagonistas contaban a la cámara sus deseos, sus sueños y sus proyectos de futuro. "Ya, en ese momento, pensé en retomar sus vidas una vez pasase un tiempo prudencial. Lo que no sabía todavía era el tiempo de sedimentación necesario", comenta Jordá durante la presentación a la prensa de "Veinte años no es nada".
Cinco años después de aquella fiesta en la fábrica, Jordá propuso a TVE rodar la continuación para su docudrama "Vivir cada día". "No hubo acuerdo y me alegro, porque -explica- todavía estaba verde. Ahora, cuando han transcurrido 25 años, me pareció la fecha idónea.
Pero tenía dos preocupaciones: La primera, localizar a los protagonista, descubrir qué había sido de ellos. Y la segunda, más secreta y personal, era saber si sus vidas habían sido un desastre, porque, si había sido así, no haría la película. No quería reflejar unas vidas destrozadas". Sin embargo, Jordá se encontró con que, si bien los personajes de su historias no eran el reflejo de unas vidas de triunfadores, tampoco lo eran de vencidos. "Tal vez -dice- no habían hecho todo lo que querían hacer, pero no habían hecho nada de lo que no quisieran hacer. No tenían nada de qué avergonzarse. Y eso, en los tiempos actuales, es ejemplar. En ese sentido, yo me siento uno de ellos. Soy un personaje más", apunta. La preparación del rodaje fue larga, como señala Joaquín Jordá, uno de los fundadores de la célebre Escuela de Barcelona, en los sesenta, junto a Vicente Aranda o Gonzalo Suárez. Autor de siete filmes, seis de ellos documentales, como "Monos como Becky" o "De niños". Y guionista habitual de Aranda, además de ocasional de otros cineastas, como Mario Camus, Rovira Veleta o de jóvenes generaciones, como Marc Recha o Chus Gutiérrez. "Quería que los personajes supiesen lo menos posible del proyecto para preservar la virginidad de los encuentros y, en un alto porcentaje lo logré", afirma el cineasta, quien ha contado con la colaboración de la Universidad barcelonesa Pompeu y Fabra para la realización. "Sus vidas habían cambiado radicalmente, pero mantenían la misma ética", añade Jordá, quien habla de su película como "la historia de un reencuentro" entre unos individuos para quienes aquellos años de autogestión, que quedaron fijados en "Numax presenta", fueron, señala, "su Universidad.
Les pilló cuando tenían entre 19 y 25 años, en el paso de la adolescencia a la madurez, y les sirvió de particular formación vital. Allí establecieron una línea de comportamiento que siguieron durante toda su vida". Dentro de la casi decena de personajes en que se fija "Veinte años no es nada", Jordá hace especial hincapié en dos de ellos. "Al rato de empezar a trabajar, los ojos, el cerebro y el corazón se te van hacia dos o tres protagonistas. En mi caso, fueron dos historias extremas, que abren y cierran el conjunto". "La de Pepi. Una joven que, pocos años después de dejar la fábrica, comenzó con su novio una carrera a lo Bonnie & Clyde. Una carrera larga y exitosa, que acabó mal. Y la otra es la de la monja. Una mujer que entró en Numax, ya con 50 años, movida por su afán de apostolado, pero descubrió que aquello no tenía sentido, que debía ser sólo una más", explica. En "Veinte años no es nada" aparece el ex ministro de Interior José Barrionuevo. Esta intervención formaba parte de un apéndice que Jordá quería introducir en el filme. "Siempre hay horribles tentaciones y la mía fue la de añadir una serie de entrevistas con los artífices de la Transición, como Suárez, Felipe González, Carrillo, Camacho o Fraga". "Pero todo lo que recibí fueron negativas -añade-. Y fue una suerte, porque habría estorbado mucho en el filme, ya que son los personajes de la película quienes explican realmente qué fue la Transición. Así, ´Veinte años no es nada´ es una metáfora vivida de esta época. Ellos son el elemento poético de la Historia".
Jueves 15 de febrero a las 20 h
Del cineasta catalán Joaquín Jordá, considerado el padre del documental en España, proyecta este fin de semana la Cinemateca UGT, dentro del ciclo Joaquim Jordà, la vanguardia frente al snobismo, "Veinte años no es nada", donde retoma a los protagonistas de su filme, rodado en 1979, "Numax presenta", en lo que es, dice, un relato "de reencuentros" pero también "una metáfora vivida de la Transición".
En "Numax presenta", Jordá relató el proceso de autogestión emprendido entonces por los obreros de un fábrica barcelonesa, en cuya escena final, una fiesta, los protagonistas contaban a la cámara sus deseos, sus sueños y sus proyectos de futuro. "Ya, en ese momento, pensé en retomar sus vidas una vez pasase un tiempo prudencial. Lo que no sabía todavía era el tiempo de sedimentación necesario", comenta Jordá durante la presentación a la prensa de "Veinte años no es nada".
Cinco años después de aquella fiesta en la fábrica, Jordá propuso a TVE rodar la continuación para su docudrama "Vivir cada día". "No hubo acuerdo y me alegro, porque -explica- todavía estaba verde. Ahora, cuando han transcurrido 25 años, me pareció la fecha idónea.
Pero tenía dos preocupaciones: La primera, localizar a los protagonista, descubrir qué había sido de ellos. Y la segunda, más secreta y personal, era saber si sus vidas habían sido un desastre, porque, si había sido así, no haría la película. No quería reflejar unas vidas destrozadas". Sin embargo, Jordá se encontró con que, si bien los personajes de su historias no eran el reflejo de unas vidas de triunfadores, tampoco lo eran de vencidos. "Tal vez -dice- no habían hecho todo lo que querían hacer, pero no habían hecho nada de lo que no quisieran hacer. No tenían nada de qué avergonzarse. Y eso, en los tiempos actuales, es ejemplar. En ese sentido, yo me siento uno de ellos. Soy un personaje más", apunta. La preparación del rodaje fue larga, como señala Joaquín Jordá, uno de los fundadores de la célebre Escuela de Barcelona, en los sesenta, junto a Vicente Aranda o Gonzalo Suárez. Autor de siete filmes, seis de ellos documentales, como "Monos como Becky" o "De niños". Y guionista habitual de Aranda, además de ocasional de otros cineastas, como Mario Camus, Rovira Veleta o de jóvenes generaciones, como Marc Recha o Chus Gutiérrez. "Quería que los personajes supiesen lo menos posible del proyecto para preservar la virginidad de los encuentros y, en un alto porcentaje lo logré", afirma el cineasta, quien ha contado con la colaboración de la Universidad barcelonesa Pompeu y Fabra para la realización. "Sus vidas habían cambiado radicalmente, pero mantenían la misma ética", añade Jordá, quien habla de su película como "la historia de un reencuentro" entre unos individuos para quienes aquellos años de autogestión, que quedaron fijados en "Numax presenta", fueron, señala, "su Universidad.
Les pilló cuando tenían entre 19 y 25 años, en el paso de la adolescencia a la madurez, y les sirvió de particular formación vital. Allí establecieron una línea de comportamiento que siguieron durante toda su vida". Dentro de la casi decena de personajes en que se fija "Veinte años no es nada", Jordá hace especial hincapié en dos de ellos. "Al rato de empezar a trabajar, los ojos, el cerebro y el corazón se te van hacia dos o tres protagonistas. En mi caso, fueron dos historias extremas, que abren y cierran el conjunto". "La de Pepi. Una joven que, pocos años después de dejar la fábrica, comenzó con su novio una carrera a lo Bonnie & Clyde. Una carrera larga y exitosa, que acabó mal. Y la otra es la de la monja. Una mujer que entró en Numax, ya con 50 años, movida por su afán de apostolado, pero descubrió que aquello no tenía sentido, que debía ser sólo una más", explica. En "Veinte años no es nada" aparece el ex ministro de Interior José Barrionuevo. Esta intervención formaba parte de un apéndice que Jordá quería introducir en el filme. "Siempre hay horribles tentaciones y la mía fue la de añadir una serie de entrevistas con los artífices de la Transición, como Suárez, Felipe González, Carrillo, Camacho o Fraga". "Pero todo lo que recibí fueron negativas -añade-. Y fue una suerte, porque habría estorbado mucho en el filme, ya que son los personajes de la película quienes explican realmente qué fue la Transición. Así, ´Veinte años no es nada´ es una metáfora vivida de esta época. Ellos son el elemento poético de la Historia".
Jueves 15 de febrero a las 20 h
Veinte años no es nada, de Joaquim Jordá.
España, 2005.121’. Digital.
España, 2005.121’. Digital.
Joaquim Jordá, la vanguardia frente al snobismo.
Sábado 17 de febrero a las 18 h
Sábado 17 de febrero a las 18 h
Numax presenta, de Joaquim Jordá.
España, 1979.117’. Digital.
Joaquim Jordá, la vanguardia frente al snobismo.
Sábado 17 de febrero a las 20 h
Joaquim Jordá, la vanguardia frente al snobismo.
Sábado 17 de febrero a las 20 h
Veinte años no es nada, de Joaquim Jordá.
España, 2005.121’. Digital.
Joaquim Jordá, la vanguardia frente al snobismo
Joaquim Jordá, la vanguardia frente al snobismo
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