" Ya es hora que el arte deje de ser bufón de la corte"

Vladiir Mayakovski (1893-1930). Poeta, comediógrafo


jueves, 8 de febrero de 2007

Las películas de Jordá tienen en común que son muy difíciles de ver


Hace unos meses, el 22 de junio, murió Joaquín Jordá. A partir del 26 empecé a recibir peticiones de artículo (semblanza biográfica, necrológica, artículo de conjunto, etcétera): todas de izquierdas, es decir, ninguna pagada.

No sería sorprendente si no fuera porque ninguno de los peticionarios había visto más de una película de Jordá. Es sorprendente este desconocimiento y la decisión de hacer algo con motivo de su muerte.

De hecho, ahondando un poco, la mayoría de los peticionarios habían visto la última, Veinte años no es nada (2004), y –sólo algunos, jóvenes por demás– añadían Monos como Becky (1999), pasada por la televisión pública catalana como homenaje necrológico. Significativamente, nadie había ido a ver De nens (2003). Además los que vieron Veinte años no es nada se quejaban de no haber visto Numax presenta…

Curiosamente, las quejas iban dirigidas a Joaquín Jordá y no a la situación del cine español. Jordá, por supuesto, no era dueño de sus películas, como no lo suelen ser sus autores. No tenía ningún derecho sobre Numax presen - ta… –cosas que pasan– ni sobre El encargo del cazador.
Claro que esto es mal de muchos; por ejemplo, valía también para uno de los últimos enganchados al nuevo cine alemán, Rainer Werner Fassbinder, que tiene dos películas –dos del oeste, rodadas en Almería– que ni se han estrenado ni –salvo trozos– han podido verse.

Para alguien que ejerce de crítico, la situación de Jordá era bastante paradójica. ¿De dónde venía su popularidad? De la prensa, evidentemente. Sobre todo de la prensa de los últimos meses, cuando –dada la enfermedad mortal que tenía– empezaron una ceremonia fúnebre, jugando a tenerle en el programa de actos o programando una entrevista en las páginas de opinión, mientras se pudiera (que no iba a ser mucho). (...)

Las películas de Jordá tienen en común que son muy difíciles de ver. Esto ha sido así siempre. Por ceñirnos a los larg o s, Dante no es únicamente severo (1967) se estrenó en Salas de Arte
y Ensayo, lo que restringía su circulación (a dos ciudades, Barcelona y Valencia, y en Madrid alquilando la sala). Numax presenta… (1979) estuvo guardada más de veinte años y se hicieron
sólo tres pases (pero sólo uno público). El encargo del cazador (1990) nunca se emitió por Televisión Española (que fue quién pago la película). (...)

Joaquín Jordá pertenecía a la primera generación de cineastas que fueron conocidos como autores; en cierto sentido, fue también la última. Antes no se les llamaba así, e incluso en algunos países –señaladamente Francia y la Unión Soviética– se consideraba autores a los guionistas,
como en el teatro, no a los realizadores. Para que fuera reconocido como autor tuvo que acontecer el fenómeno de los nuevos cines, y Jordá estuvo en uno de ellos, la Escuela de Barcelona. Ahora, sin embargo, se llama autor a cualquier aclamado preparador de películas para el gusto del domingo por la tarde. Las palabras quieren decir lo que decide el poder. Y los nuevos cines fueron derrotados por la maquinaria industrial del cine norteamericano. (...)

Ahora ha muerto Joaquín Jordá. Y resulta que al ponernos a hacer balance nos damos cuenta que no hemos visto casi nada de él… y de cuantos son como él. Sobre todo, no hemos visto nada de los que son los nuestros, los rojos. De los que han intentado que el futuro sea algo mejor.
Estos son los momentos en los que aflora que lo que entendemos por cine es cosa del pasado. Y, la verdad sea dicha, del pasado remoto. (...)

texto de Josep Torrell (fragmentos)



No hay comentarios: