Amigos de la Cinemateca expresa su APOYO TOTAL AL CENTRO SOCIAL OCUPADO Y AUTOGESTIONADO “CASAS VIEJAS” ANTE LA AMENAZA DE SU INMINENTE DESALOJO.
Consideramos que el CSOA “Casas Viejas” lleva 5 años desarrollando una labor social y cultural que merece un gran respeto y responde a las necesidades de muchos jóvenes y mayores de Sevilla y del barrio del Pumarejo, convirtiéndose en una alternativa autónoma y autogestionada allí donde la administración no propone absolutamente nada.
Sin recibir ningún apoyo ni subvención pública (¡y sin pretenderlo!), Casas Viejas ha demostrado una gran capacidad para atraer a los jóvenes de la ciudad y del barrio. Un atractivo que envidiarían muchas de las instituciones y espacios creados desde la administración (Instituto de la Juventud, etc.) con abultados presupuestos pero escasísima participación e implicación de su “público objetivo”.
Casas Viejas supone así mismo un ejemplo de lucha contra la especulación inmobiliaria, la degradación y abandono de edificios, la expulsión de las poblaciones tradicionales de sus barrios y la lucha por el derecho a una vivienda digna y al uso social del espacio público.
Sólo recordar que el lugar donde se encuentra el Centro Social llevaba más de 40 años abandonado y que actualmente no existe ningún proyecto para este espacio por lo que en caso de desalojo se convertirá en un solar degradado durante muchos años.
Por todo ello, condenamos el desalojo –legal pero injusto- de Casas Viejas, promovido por la propiedad, animado por la ultraderecha vecinal (con gran eco mediático a pesar de su escasa representatividad) y avalado por el Ayuntamiento que, una vez más, se posiciona claramente del lado de los especuladores.
Casas Viejas no empieza ni termina en este espacio.
Casas Viejas no se negocia.
Casas Viejas no se rinde.
Casas Viejas resiste.
Consideramos que el CSOA “Casas Viejas” lleva 5 años desarrollando una labor social y cultural que merece un gran respeto y responde a las necesidades de muchos jóvenes y mayores de Sevilla y del barrio del Pumarejo, convirtiéndose en una alternativa autónoma y autogestionada allí donde la administración no propone absolutamente nada.
Sin recibir ningún apoyo ni subvención pública (¡y sin pretenderlo!), Casas Viejas ha demostrado una gran capacidad para atraer a los jóvenes de la ciudad y del barrio. Un atractivo que envidiarían muchas de las instituciones y espacios creados desde la administración (Instituto de la Juventud, etc.) con abultados presupuestos pero escasísima participación e implicación de su “público objetivo”.
Casas Viejas supone así mismo un ejemplo de lucha contra la especulación inmobiliaria, la degradación y abandono de edificios, la expulsión de las poblaciones tradicionales de sus barrios y la lucha por el derecho a una vivienda digna y al uso social del espacio público.
Sólo recordar que el lugar donde se encuentra el Centro Social llevaba más de 40 años abandonado y que actualmente no existe ningún proyecto para este espacio por lo que en caso de desalojo se convertirá en un solar degradado durante muchos años.
Por todo ello, condenamos el desalojo –legal pero injusto- de Casas Viejas, promovido por la propiedad, animado por la ultraderecha vecinal (con gran eco mediático a pesar de su escasa representatividad) y avalado por el Ayuntamiento que, una vez más, se posiciona claramente del lado de los especuladores.
Casas Viejas no empieza ni termina en este espacio.
Casas Viejas no se negocia.
Casas Viejas no se rinde.
Casas Viejas resiste.