Con esta denominación iniciamos mañana a las 20 horas una nueva, y arriesgada, aventura a través del fascinante mundo del celuloide. Otra “road movie” hacia un destino incierto, a través de un montón de cintas (perdón, películas) abandonadas en el asfalto por todos aquellos que preferimos los grandes palacios, coliseos, auditorios, grandes espacios y sobre todo, con muchas escalones, éstas si están alfombradas mejor. Si al final de esa escalada nos esperan algunas autoridades la gozada puede ser total. El Cine puede esperar. O el espectáculo.
Condenado a su extinción, el Séptimo Arte va a subsistir, pese a los “intelectuales de turno” que vuelven a relegarle a las “barracas de feria”, de donde nunca debió salir, dicen. El espectáculo de la chusma, el arte del demonio, sigue estando en la periferia. Y muy bien
Harto de hacer colas para asistir a espectáculos que nos producen “sopor”, “fatigados” de tanto “subir y bajar”, deslumbrados por tanto glamour, la Cinemateca es barraca particular hay que bajar, no subir, para sorprender a las gentes de bien, a ese espectador inteligente, adulto, a quien va dirigido nuestras atracciones. Vamos a seguir proyectando en 35 mm, nos esforzaremos en conseguir el “más difícil todavía”, sin red-subvención que amortigüe una caída irreversible. Pero, Señor ¿destruirías este Brigadoon existiendo veinte adultos? Hemos pedido a los todopoderosos: Buñuel, Pasolini, Vigo, Bergman, Antonioni que nos den un pequeño plazo para demostrarles que sí, que exactamente hay más de veinte justos/adultos.
Que Jacques Demy nos proteja y nos salve del fuego divino-electoralista que nos amenaza. La parcela de la ilusión está abierta. Cineastas tangenciales, adultos del Séptimo Arte. Mañana Anouk Animée, la inolvidable Lola, celebra con nosotros la apertura de la Fiesta. Será un magnífico debut de una temporada que no quiere ser la última.
Román Bella.Sevilla 18 de octubre de 2007
