" Ya es hora que el arte deje de ser bufón de la corte"

Vladiir Mayakovski (1893-1930). Poeta, comediógrafo


domingo, 7 de diciembre de 2008

Cinemateca UGT. Lunes 8 de diciembre a las 18 h: Asuntos privados en lugares públicos (Coeurs)


Asuntos privados en lugares públicos (Coeurs), de Alain Resnais.
Francia, 2006.120'. v.o.s.e. 35 mm
Ciclo: Alain Resnais, sismógrafo del corazón
Último pase

En colaboración con los Servicios Culturales de la Embajada de Francia en España y la Alianza Francesa en España

Coeurs es entonces un film que habla de hoy. Sátira, por ejemplo, de la polivalencia contemporánea (todos expertos y, si es posible, en muchas cosas a la vez). Se trata menos de una confusión de los valores que de una cohabitación de los contrarios materializada por la nieve, que confirma el estado actual de la imagen, que flota como una gasa, como un baño anestesiante de luz lechosa. Hay también una ingravidez doméstica. Cada locación de Cœurs está cortada en dos por medio de una división fantasma: la nieve de interior, la separación en medio de una ventana en el primer departamento, la cortina en el hotel Globe, el tabique de vidrio apenas perceptible en la agencia inmobiliaria, la puerta abierta de la habitación del padre en el departamento de Lionel. Hay también un parentesco difícil de ignorar con las persianas finamente rayadas de Là-bas, el documental de Chantal Ackerman.

El encuentro de las dos nieves, de un sentido de lo arbitrario al otro, nos recuerda también qué terrible ironista de lo posible sigue siendo Alain Resnais. Una ironía negra brotaba ya de L'Amour à mort, cuando las partículas significaban la muerte que Simon había conocido durante algunos instantes; además su deseo de una nueva vida semejante a una tirada de dados, a un perpetuo cara y ceca (magnífico insert de una moneda que rueda y sigue rodando) ; por último, la separación definitiva de los amantes, que no está ocasionada por la muerte de uno de los dos sino por la Muerte en persona : a pesar de su promesa, Elisabeth no se encontrará con Simon del otro lado, porque si todo el mundo muere, no hay otro lado posible. Un motivo único condensa, por lo tanto, el trayecto del film entero, su inversión: cómo el Adentro deviene el Intervalo y cómo el Intervalo deviene el Afuera.

Ebrio de las perspectivas abiertas por su "resurrección", Simon no cree poder soportar de allí en más la palabra "separación". Pero he aquí la ironía : lo posible no une ; por el contrario, no crece más que en proporción a un desgarramiento. Cada bifurcación es también una fatalidad, un adiós: la nieve que, en Cœurs, vuela entre las secuencias sin que nunca parezca que toca el suelo, cae en realidad sobre los hombros del sexteto, y cada uno de sus integrantes debe deshacerse de ella como de una carga y apuntar así al azar, al amor, a la perspectiva de una mañana que vuelva a cantar.


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