" Ya es hora que el arte deje de ser bufón de la corte"

Vladiir Mayakovski (1893-1930). Poeta, comediógrafo


viernes, 13 de junio de 2008

Cinemateca UGT. Cine para amantes del cine. Domingo 15 de junio a las 20.30 h: La gente del arrozal


La gente del arrozal (Le gens de la rizière), de Rithy Pahn.
Camboya-Francia, 1994. 127’. v.o.s.e. 35 mm.
Con la colaboración de los Servicios Culturales de la Embajada de Francia.
Último pase

El joven realizador camboyano Rithy Panh incursiona nuevamente en la que tal vez sea su temática de por vida: la crítica socio-económico-cultural de su patria lejana. No es necesariemnete un jucio de valor, sino una perspectiva cruda y sombría, tan común en las almas exiliadas, autoexiliadas o desterradas.

Panh estuvo recluido en un "campo de rehabilitación" del Khmer Rouge hasta que huyó a Francia, donde logró estudiar y rehacer su vida al amparo de una nación poderosa, desarrollada y con un gran aprecio por los artistas…

El film logra imponer una letanía visual, una atmósfera casi soporífera de los camboyanos frente a la vida y el destino que les tocó vivir. Allí el "arroz" juega un papel preponderante y vital, similar al de otros pueblos orientales, utilizando a nuestro común alimento como dispositivo casi sagrado y como medio de supervivencia.

La historia del arroz para los camboyanos tiene raíces ancestrales, pero por sobretodo mitológicas (esbozadas en el film), que ayudan a valorizar aún más la ocurrencia de Pahn por filmar una película de tono documentalista sobre el arroz como tema central y como reflejo de las condiciones imperantes en Camboya actualmente.

Rithy Panh se inspiró en la novela "Las trampas del camino", de Shanon Ahmad. La historia cuenta las penurias de una familia camboyana que se ve azotada por el destino. El padre se accidenta en una forma minúscula comparada con las enormes implicancias que traerá a su familia el no poder hacerse cargo de la cosecha; una tarea que exige vigor ya que las inundaciones ocurren anualmente y los habitantes de la ciudad no pueden esperar…

Es posible a que Pahn le interese más imponer una mirada estilizada y serena de su campiña pletórica de "almas errantes", de hecho se presume a la desdicha como una suerte de flagelo inmanente en la etnia camboyana. Una suerte que se idealiza o se termina por odiar.

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