Ostras y caracoles: Hollywood la homosexualidad
Desde los comienzos del cine, la industria de Hollywood tuvo problemas con la homosexualidad. La burla –respecto a los gays– y la invisibilidad –de las lesbianas– de los primeros tiempos dieron paso a la censura con la entrada del código Hays en los años ‘30, que sólo permitía la homosexualidad en los villanos. La prohibición forzó a guionistas y público a usar la imaginación y a ejercitar el arte de leer entre líneas.
Los ejemplos abundan: Rebelde sin causa (en la que el personaje de Sal Mineo estaba enamorado de James Dean), Ben Hur (donde se insinúa que Ben Hur y Messala habían sido amantes), Con faldas y a lo loco (con el célebre final, en el cual Jack Lemmon confiesa ser un hombre: "Nadie es perfecto").
Como señala el guionista Paul Rudnick en el documental El celuloide oculto, "lo interesante es que así se de cambio, lo que se traduce en una nueva presencia en pantalla de personajes ...
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