" Ya es hora que el arte deje de ser bufón de la corte"

Vladiir Mayakovski (1893-1930). Poeta, comediógrafo


viernes, 21 de octubre de 2005

Sábado 22 de octubre. Cinemateca UGT

SÁBADO 22 de octubre a las 19,30h.
Ciclo:La condición humana. Mes del cine documental.
C'EST DE L'ART, de Pierre COULIBEUF.
Francia, 1993. 75' V.O.S.E
OPERACIÓN LUNA, (Opération Lune) de William Karen. Francia, 2002. 52’.V.O.S.E.
La condición humana. Mes del cine documental es un conjunto de películas, en la que se da primacía a varios criterios: la creación, la problemática internacional y social, la reflexión sobre determinadas cuestiones culturales y artísticas.

Como destacó Jean-Pierre Rehm, director del Festival Internacional del Documental de Marsella, es preciso “negarse a encerrar el documental en una definición, un registro o una certeza que pudiesen alejarlo de su natural vocación a la hospitalidad desenfrenada, a veces desconcertante, para acercarlo peligrosamente al producto de consumo cultural”.

Un homenaje a los cineastas, a los festivales y, también, al público.No cabe duda que estas películas conocerán una trayectoria larga y efectiva por los circuitos comerciales pero al mismo tiempo serán la excusa perfecta para un debate de ideas.
C’est de l’art, de Pierre Coulibeuf muestra como un grupo de artistas contemporáneos observa la obra de grandes pintores de la historia del arte. Desde Egipto hasta las vanguardias del siglo XX, los artistas muestran con su mirada la evolución de la forma y las esencias en la historia del arte y explican su propia visión contemporánea de su trabajo como creadores.
Operación Luna, verano del 69, dos mil millones de terrestres contemplan en la televisión los hombres que caminan en la luna: espectáculo mayúsculo puesto en escena por Nixon, Rumsfeld, Kubrick, Haig, la CIA… Anuncio éste de un tipo que ya no existe, orquestando con sabia mezcla verdades y mentiras por un autor francés. A partir de esta situación, Karel desarrolla su reflexión sobre nuestra relación con la imagen: un documental a la vez auténtico y falso, un “documentira”, divertido e inquietante, increíble pero plausible, diabólicamente montado – ciertamente un juego, pero un juego de gran audacia que conjuga la verdad y la mentira de la imagen al estilo de Welles.

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