" Ya es hora que el arte deje de ser bufón de la corte"

Vladiir Mayakovski (1893-1930). Poeta, comediógrafo


viernes, 21 de octubre de 2005

Domingo 23. Cinemateca UGT

DOMINGO 23 de octubre a las 1730h.
Ciclo: Duetto Jarman.
JUBILEÉ, de Derek Jarman.
Gran Bretaña, 1977. 105’. V.O.S.E.

A las 19.30h.
Ciclo Brauner, crónica de un genocidio:
Testigo del infierno/ Gorka Trave, (Zeugin aus der Hölle/ Gorka Trave), de Zika Mitrovic. Alemania, 1967.83’. V.O.S.E.
Brauner, crónica de un genocidido. Artur Brauner, un productor comprometido desde el principio de su carrera cinematográfica, con un proyecto que fue cobrando forma, y que no abandonó en toda su vida: la producción de películas sobre las víctimas del régimen nacionalsocialista. Como superviviente del holocausto, estas películas son para él la esencia de su obra. Vivió en carne propia lo que significa ser perseguido por ese régimen, cuya maquinaria de destrucción se cobró la vida de casi medio centenar de sus familiares.

No han faltado honores, el premio del Festival alemán de Cine a una trayectoria meritoria en 1990, la exposición de Francfort con una publicación el mismo año, recepciones en el Senado, programas televisivos en su honor y entrevistas. Pero Artur Brauner no ha recibido hasta hoy el tan anhelado máximo galardón a su labor. El presente ciclo viene a solidarizarse con el hombre, que ha hecho de su compromiso, el fundamento y la razón de su carrera cinematográfica.
Testigo del infierno es la única película rodada en Alemania federal en los años 60 “en la que se aborda el tema del proceso de Auschwitz ante los tribunales de Francfort, sin que se nombre dicho proceso ni que aparezca”. Y “pertenece hasta hoy a las pocas, muy pocas, películas de la RFA en las que el holocausto aparece com un problema de la sociedad alemana de la post-guerra” La coproducción germano-yugoslava, cuyo rodaje comenzó en 1965, 12 días antes de que se dictara la sentencia, nunca figuró verdaderamente en la cartelera. Entre 1967 y 1972 pasaron esta película únicamente una docena de cines en la RFA y Suiza, pera desaparecer en algún cajón durante 30 años. Cuando en 1998 se volvió a estrenar en el Museo alemán de Cine en Francfort, con ocasión del 80 aniversario de Artur Brauner, no sólo el productor que estaba presente quedó sobrecogido.

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