" Ya es hora que el arte deje de ser bufón de la corte"

Vladiir Mayakovski (1893-1930). Poeta, comediógrafo


miércoles, 31 de enero de 2007

In memoriam Joaquim Jordà (1935-2006)


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No hay realidad, lo que existe es una mirada sobre las cosas. Veo una diferencia entre lo que se llama cine documental, denominación que me parece reductiva, y el cine de ficción. Lo que cuentan en ambos casos es una mirada, haya o no haya actores. Si tú estás haciendo un documental, es evidente que hay una puesta en escena, hay un tratamiento diferente. Los que no son actores pueden recrear sus roles de muchas maneras, que coinciden o no con su roles cotidianos. Por lo tanto, hay elementos que no distinguen mucho el cine documental del cine de ficción.El peor lastre que tiene el cine de ficción es la existencia del guión previo. En los momentos en que el cine ha vivido épocas espléndidas, el peso del guión pasaba a un segundo término. En los momentos en que en el cine empieza a mandar el criterio comercial, el guión se convierte en un hecho fundamental. El guión siempre es un modo de censura. Lo era en España en los momentos en que había una censura política, ahora existe una censura comercial. Para que un productor diga, esta película la hago, creo que va a dar dinero o esta no la hago.El guión es el punto de referencia primera y última del cine con actores. En el otro tipo de cine el guión es el resultado final: se va haciendo a medida que vas montando y rodando a la vez. Además de esta diferencia básica, en el cine que no es de ficción pura y dura, en el que se utiliza menos dinero, tiene mucha más libertad.


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El documental necesita de la ficción, no creo en él como género cerrado. La ficción que más me interesa ahora está teñida de documental. En un cine que vive una crisis profunda por la entrada de los nuevos medios, se está rompiendo la separación entre ficción y entre documental. Es un equívoco que ha durado mucho, pero ahora estas dos ramas se están volviendo a juntar. Por otro lado, en cuanto hay una cámara y una mirada detrás, la objetividad desaparece. Muchas veces me pregunto de qué hablamos cuando hablamos de eficacia. ¿De denuncia? Creo que es mejor acompañarla de una cierta reflexión y ésta también puede venir de la mano de la ficción.


(...)
La memoria es todo. Hace cinco años, el infarto que tuve me quitó el mecanismo de la memoria del presente: no tengo ni idea de lo que tengo que hacer hoy. Pero tengo una excelente memoria del pasado. La memoria es la única guía de comportamiento y de apreciación del presente que tenemos. Por procesos de comparación, de creación de hábitos. Y cuál es el continente de la memoria. Es un espacio, el urbano, que es como una ciudad dilatada. Algo así como una mezcla de ciudades. Tú has vivido en el tiempo, en lugares diferentes, y con estos vas construyendo no el lugar en el que vives, sino el lugar de tu vida. El lugar de la vida, que es una mezcla de memoria, de ciudad como el lugar en el que existe la memoria. Para una persona normal que vive el presente, los espacios no habitados no le hablan, no le dicen nada, y más al hombre contemporáneo, que ha vivido en espacios urbanizados.


Texto: Joaquim Jordà, Memorie Periferiche (Livorno, 31.1.2003)

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