Viernes 30 de marzo a las 20 h
Liberté-Oléron / Libertad Oleron, de Bruno Podalydes.
Francia, 2001. 107’. V.O.S.E. 35 mm
Francia, 20 años de comedias.
Francia, 20 años de comedias.
Cuando los Monot se van de vacaciones en verano a la isla de Oléron, hay un montón de juguetes, toallas, ropa arrugada, sándwiches empezados sobre la playa, y se canta Trois p’tits chats / Chapeaux de paille a grito pelado en el coche. Es un cuadro un poco anticuado, que evoca más los años 50-60 que la era del TGV y de las familias desestructuradas. Esta ambigüedad temporal nunca será aclarada. Situada en nuestros días, Liberté-Oléron se baña en una luz algo amarilla y evocadora de los recuerdos de la infancia, de viejas cintas de animación, con reminiscencias de las películas de Tati.
Más aun que en Dieu seul me voit, su largometraje precedente, Bruno Podalydès navega entre varios registros, del burlesco clásico a lo chirriante, de la comicidad familiar a la risa forzada, de la afectividad al humor vitriólico. El punto común entre los dos films es la propensión del cineasta a maltratar el personaje central encarnado por su hermano. Denis Podalydès, ayer todavía inmaduro y mofletudo, parece dudar un poco en cuanto a la manera de componer un padre de familia acomodado. Pero sus saltos de la exageración a la rigidez alimentan la hipótesis de un hombre a disgusto con sus responsabilidades o con la idea errónea que se hace de ellas. Es necesario que la máscara caiga
Sábado 31 de marzo a las 20 h
Astérix et Obélix: Mission Cléopâtre/Astérix y Obélix: Misión Cleopatra, de Alain Chabat.
Francia, Alemania, 2002. 107’. V.O.S.E. 35 mm
Francia, 20 años de comedias.
Francia, 20 años de comedias.
Astérix y Obélix: Misión Cleopatra es la adaptación de uno de los álbumes más divertidos de Goscinny y Uderzo, Astérix y Cleopatra, y, dicho sea de paso, una versión muy digna. La trama se sitúa en Egipto, provincia del Imperio romano, donde Cleopatra, cansada de la soberbia de Julio César le reta a que reconozca públicamente que el egipcio es el más grande de los pueblos si consiguen construir un palacio en tres meses. La reina de Egipto le pasa el encargo al arquitecto Numerobis quien pide ayuda a un antiguo conocido, el druida Panoramix, que accede a viajar hasta Egipto, junto a los galos Astérix y Obélix.
Esta historia es una acertada elección que ha permitido a Chabat recuperar para su película a algunos de los personajes más carismáticos del universo de Astérix y Obélix. Y también le ha brindado la oportunidad de explotar su vis cómica, que tan buenos resultados le ha dado a lo largo de su carrera, encarnando a Julio César.
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