El Dracula: Pages From a Virgin’s Diary es una invitación a la danza que retoma una de las más antiguas historias rodadas y la reinventa. Maddin se apropia de la novela gótica de Bram Stoker y la pasa a través del ballet ideado por Mark Godden, a la que le añade extractos de la primera y segunda sinfonía de Mahler, para presentarla como una pieza coreografiada y como un film mudo, más digitalmente deteriorada que digitalmente perfeccionada.
Merece la pena ver una película que ganó el Festival de Sitges del 2002 y que hace decir a Maddin en Cinema Scope acerca de su concepción del Conde Drácula dentro de esta obra: “Veo a Drácula no como si existiera físicamente, sino como un enorme sentimiento de placer y lujuria que revolotea de mujer en mujer”.
Merece la pena ver una película que ganó el Festival de Sitges del 2002 y que hace decir a Maddin en Cinema Scope acerca de su concepción del Conde Drácula dentro de esta obra: “Veo a Drácula no como si existiera físicamente, sino como un enorme sentimiento de placer y lujuria que revolotea de mujer en mujer”.
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