Häxan, la brujería a través del tiempo, de Benjamin Christensen.
Dinamarca, 1921. 104’
Una propuesta sonrora de TENSION Co.
Único pase
Cinema en concierto
Dinamarca, 1921. 104’
Una propuesta sonrora de TENSION Co.
Único pase
Cinema en concierto
Häxan es una mezcla entre ficción y documental sobre la historia de la brujería o, mejor dicho, sobre las diversas explicaciones basadas en lo satánico de fenómenos sobre los que la ciencia no se había pronunciado todavía en épocas como la medieval o la renacentista. La película está dividida en siete partes, aunque tres de ellas pueden agruparse, al centrarse en la misma historia.
La primera parte, que tiene una voluntad didáctica, presenta alternadamente grabados antiguos y rótulos explicativos sobre las diversas concepciones del mundo que se dieron en la Antigüedad, así como las primeras representaciones de lo diabólico, en estrecha relación con lo que escapaba de esos intentos de explicación del Cosmos. Junto a grabados, aparecen también algunos elementos de decorados dibujados y animación elemental, con la ingenuidad de los trucajes de un Méliès. Lo que se explica es muy interesante y demuestra que el entretenimiento que sigue a esta parte está muy bien documentado.
A partir de la segunda parte, la exposición introductoria a dibujos (casi un "pase de diapositivas" comentado) deja paso a recreaciones de ambientes medievales con actores de carne y hueso, en los que cobra protagonismo el concepto de "estampa animada". La mínima historia que se nos cuenta, que conecta con el género medieval de los "ejemplos", es tan importante como su representación: hay una clara voluntad de recrear cuadros del Renacimiento, especialmente pintores como El Bosco o Brueghel, no tanto en la equivalencia plano-cuadro, sino en la asunción de sus atmósferas. En concreto, la segunda parte se centra en el siglo XV a través de varias historias.
La primera parte, que tiene una voluntad didáctica, presenta alternadamente grabados antiguos y rótulos explicativos sobre las diversas concepciones del mundo que se dieron en la Antigüedad, así como las primeras representaciones de lo diabólico, en estrecha relación con lo que escapaba de esos intentos de explicación del Cosmos. Junto a grabados, aparecen también algunos elementos de decorados dibujados y animación elemental, con la ingenuidad de los trucajes de un Méliès. Lo que se explica es muy interesante y demuestra que el entretenimiento que sigue a esta parte está muy bien documentado.
A partir de la segunda parte, la exposición introductoria a dibujos (casi un "pase de diapositivas" comentado) deja paso a recreaciones de ambientes medievales con actores de carne y hueso, en los que cobra protagonismo el concepto de "estampa animada". La mínima historia que se nos cuenta, que conecta con el género medieval de los "ejemplos", es tan importante como su representación: hay una clara voluntad de recrear cuadros del Renacimiento, especialmente pintores como El Bosco o Brueghel, no tanto en la equivalencia plano-cuadro, sino en la asunción de sus atmósferas. En concreto, la segunda parte se centra en el siglo XV a través de varias historias.
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